El Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo, ofrece paisajes impresionantes con más de 10,000 km² de superficie. Durante la temporada de lluvias, se convierte en un gigantesco espejo que refleja el cielo, creando un efecto visual fascinante. A pocos kilómetros, la Laguna Colorada se destaca por sus aguas rojizas, alimentadas por minerales y microorganismos. Este lugar es hogar de varias especies de flamencos, que se alimentan y anidan en sus aguas, añadiendo un toque de vida a este entorno surrealista.